sábado, 27 de diciembre de 2008
Ntra. Sra. de la Soledad (Puerto Real)
En el año 1.688, Doña Luisa Roldán "La Roldana" y su marido, Luis Antonio Navarro de los Arcos, regalaron al Convento de los Padres Mínimos de San Francisco de Paula de la villa de Puerto Real, una imagen de la virgen, obra de Luisa Ignacia Roldán, para que la entronizaran en una capilla nueva del citado Convento, a cambio de que todos los viernes antecedentes al de Ramos, festividad de los Dolores, celebrarán sermón, misa cantada y responso por las almas de la escultora, su marido y otras personas herederas suyas, lo que prueva la religiosidad de la familia Roldán.
Luis Antonio Navarro de los Arcos, firmó la escritura "por sí y en nombre de su mujer Luisa Roldán", a partir de aquí, se deduce que la imagen habría sido hecha por la escultora, pues Luis A. Navarro de los Arcos, no tenía la categoría suficiente como para escultor para tallar una imagen de tal categoría como Ntra. Sra. de la Soledad.
Volviendo al estudio del documento que testifica la autoría de La Roldana respecto a la Virgen de la Soledad de Puerto Real, se especifica en él, que si no se cumpliera todo lo que hemos referido anteriormente, en cuanto a los diversos cultos que se pedían a cambio del regalo de la Dolorosa que estudiamos, y si faltaran a la observancia de estos, podrían impugnarlo ante la justicia y "compeler a dicho Convento que el mejor modo y remedio que en derecho y lugar haya, a que cumplan con el tener y forma de esta obligación".
La Dolorosa de la que hablamos, sublime imagen de Nuestra Señora de la Soledad, es de candelero, está hecha en madera de cedro policromada, ojos de vidrio pintados, pestañas postizas y cuatro lágrimas resbalan por sus mejillas. Mide 1,50 metros de altura. Había permanecido como "obra atribuida a La Roldana" desde hacía mucho tiempo, hasta que el investigador de temas gaditanos D. Enrique Hormigo Sánchez encontró el documento del que hablamos, que confirma la autoría de La Roldana. Pertenece a la Venerable y Real Cofradía de Penitencia de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo. Ligada siempre a la tutela de los frailes mínimos hasta la exclaustración de estos en 1.835, la Virgen de la Soledad recibió culto a través de una rancia Cofradía de homónima apelación, constando que en 1.786 compartía titularidad devocional con el Santo Entierro de Cristo en el seno de dicha corporación cofrade, institución que participaría de la bonanza y prosperidad que vivía la Real Villa en el siglo XVIII hasta el punto de ser "admitida por este Ayuntamiento bajo su protección, para corresponder a la devoción que tienen a las Sagradas Imágenes de la referida Cofradía".
Esta imagen de la Soledad de Puerto Real se ha convertido en el último hallazgo de una ‘obra segura’ de La Roldana y es hasta ahora su única Dolorosa documentada de Andalucía, ya que las demás Vírgenes andaluzas, entre las que se encuentran en Sevilla, La Virgen del Rosario de la Hermandad de Montesión, la Virgen de las Lágrimas de la Hermandad de la Exaltación de la iglesia de Santa Catalina y, especialmente, la Virgen de Regla de la Hermandad de ‘los Panaderos’, y la Esperanza Macarena, son sólo obras atribuidas de las que, hasta ahora, no se han hallado documentos y la única documentada como de La Roldana, es la Virgen Dolorosa del Convento de religiosas clarisas de Sisante (Cuenca), efectuada, junto con el imponente Nazareno del mismo Convento, entre 1.697 y 1.701.
Luisa la dejó en la penumbra de la iglesia de un Convento, a cambio de que rezaran por la salvación de su alma, y de la de su familia.
La imagen de la Soledad presenta un tipo de belleza muy humano, de gran dulzura y expresividad; un dolor sereno y propio de una madre que, sin aspavientos, siente en sí misma la pasión de su Hijo, recién vivida...
viernes, 5 de octubre de 2007
Bienvenidos.
Bienvenidos a todos a este blog dedicado a la figura de la insigne escultora Luisa Ignacia Roldán, la que la historia la conocería como La Roldana.
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